martes, 29 de marzo de 2011

Un impulso irrefrenable

No entiendo mucho de leyes pero, según la película de Otto Preminger Anatomía de un Asesinato (1959), uno puede librarse de la cárcel si ha cometido el crimen bajo los efectos de un impulso irrefrenable. Así, en la película, James Stewart -o, mejor dicho, el abogado al que interpreta- trata de demostrar que su cliente no ha podido evitar asesinar al presunto violador de su esposa, alegando que era víctima de un impulso irrefrenable.

¿Quién no lo ha sufrido alguna vez? Yo sufro impulsos irrefrenables a menudo. No de matar a nadie, sino de comprar. Ayer mismo, necesitaba urgentemente unos auriculares y terminé comprandome un compact disc. Me ocurre habitualmente. Irrefrenablemente. Pero según la Ley, tengo excusa y perdón. Me siento más tranquila. Aunque mi bolsillo está igualmente resentido. Cada vez que voy a Fnac se lleva unas palizas... ¡la de impulsos irrefrenables que sufro!

¿Y qué sacamos de aquí? Pues, básicamente, la recomendación de una muy buena película y poco más. Pero quería redimirme.

¿Y a vosotros qué os provoca un impulso irrefrenable?


3 comentarios:

  1. esta peli nos la puso Tajadura en la optativa

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  3. jajaja cierto, aunque la habia visto en un canal d esos clásicos. la que me gustó mucho tb fue la de doce hombres sin piedad.

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